Y tú también pagarás

El 1 de febrero de 2025 está a la vuelta de la esquina, y con él, los aranceles del 25% que Donald Trump quiere imponer a las importaciones de México. ¿El resultado? Un desastre económico para ambos lados de la frontera. Nadie gana, todos pierden. Y no, no es exageración: desde el guacamole en tu mesa hasta el auto que manejas, todo se encarecerá. ¿Realmente estamos dispuestos a pagar este precio?

México es el principal socio comercial de Estados Unidos. Sí, ese país del que tanto se queja Trump es el que le vende autos, computadoras, cerveza y hasta el maíz que alimenta a millones de familias estadounidenses. Las exportaciones mexicanas superan los $490,000 millones de dólares al año, casi el 30% del PIB de México. Con los aranceles del 25%, todo lo que cruza la frontera se volverá más caro. ¿El primer golpe? La industria automotriz. México es el mayor proveedor de autos y autopartes a EE.UU., y un arancel del 25% no solo hará que los precios de los coches se disparen, sino que también reducirá la demanda, afectando a miles de empresas mexicanas y desestabilizando la cadena de suministro.

Pero no solo los autos están en juego. Piensa en tu mesa: aguacates, frutas, verduras y cerveza también se encarecerán. ¿Te gusta el guacamole? Prepárate para pagar más. ¿Y el maíz? Los estados que más lo consumen, como Texas, Iowa y Nebraska (sí, estados republicanos), verán cómo el precio de este básico se dispara. Los pequeños productores mexicanos sufrirán, pero los consumidores estadounidenses también. Y no olvidemos la cerveza: México es el principal proveedor de cerveza en EE.UU., y un arancel del 25% hará que esa cerveza fría cueste más.

Pero aquí no termina el drama.  De acuerdo con el Secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, los aranceles son un “error estratégico”, los consumidores estadounidenses pagarán un precio alto y encarecerán productos esenciales como automóviles, computadoras, televisores y refrigeradores. Esto no solo afectará a los consumidores, sino que también generará problemas en las cadenas de suministro. Según sus cálculos, los aranceles costarían a las familias estadounidenses $20,475 millones de dólares adicionales.

Doce millones de familias pagarán 10,427 millones más por autos y autopartes, mientras que cuarenta millones pagarán $7,104 millones más por computadoras. Estados como Texas, Arizona, Florida y California, que consumen más productos mexicanos, verán un aumento en los precios de bienes básicos. ¿El resultado? Descontento entre los votantes, especialmente en estados republicanos.

Y no creas que México se quedará de brazos cruzados. La presidenta Claudia Sheinbaum ya advirtió: “por cada arancel, habrá una respuesta equivalente”. Esto significa que México podría imponer aranceles a productos estadounidenses como maíz, trigo, gasolina y equipo industrial. ¿Quién sale perdiendo? Los productores y exportadores estadounidenses, especialmente en estados agrícolas clave.

Canadá, otro blanco de los aranceles, también está lista para contraatacar. Una de sus represalias sería retirar bebidas alcohólicas estadounidenses de los estantes de las tiendas. ¿El resultado? Productores en estados como Kentucky y Tennessee sufrirán las consecuencias.

La implementación de aranceles sería un error monumental. México y Estados Unidos están profundamente conectados a través de cadenas de suministro y comercio bilateral. Los aranceles no solo afectarán a los consumidores y empresas estadounidenses, sino que también golpearán la economía mexicana, creando un escenario de pérdida mutua.

El 1 de febrero de 2025 podría marcar el inicio de una guerra comercial que nadie quiere y de la que nadie saldrá victorioso. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio? La respuesta está en manos de los líderes, pero el reloj ya está en marcha. Y tú, ¿estás listo para pagar más por todo?

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