Imagina que intentas realizar una tarea importante, pero tu mente se ve constantemente inundada por un flujo interminable de pensamientos y distracciones. Esto es solo una pequeña muestra de lo que experimenta alguien con TDAH. En nuestra sociedad, es común encontrar personas que enfrentan estos desafíos invisibles.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad TDAH, puede pasar desapercibido a simple vista, sus implicaciones en la vida diaria de quienes lo padecen, son reales y significativas. Actualmente se estima que en el mundo hay entre un 5% y 20% de personas que viven con el TDAH.
Esta condición, dificulta la capacidad de concentración y a menudo lleva a una disminución en el rendimiento académico y laboral. La lucha interna que enfrentan las personas por mantenerse enfocadas puede ser agotadora y frustrante.
Es importante mencionar que el TDAH no solo afecta la concentración, sino también la capacidad de organización y planificación. Las personas pueden tener dificultades para mantener rutinas diarias, establecer metas a largo plazo o administrar su tiempo de manera efectiva.
El TDAH, puede generar problemas en diferentes aspectos de sus vidas, desde mantener un hogar ordenado hasta cumplir con plazos importantes en el trabajo o los estudios. Es fundamental comprender que estas dificultades no son simplemente producto de la negligencia o la pereza, sino consecuencia del trastorno.
El TDAH no solo afecta a quienes lo padecen, sino también tiene un impacto significativo en las personas cercanas a ellos. Los familiares, amigos y parejas de aquellos podemos sentirnos frustrados, agotados o incomprendidos. Las dificultades para mantener la atención y la organización pueden generar tensiones y conflictos en las relaciones, lo que requiere una comunicación abierta y un mayor nivel de comprensión para superar estos obstáculos.
Aunque alrededor del mundo la percepción ha ido cambiando, diversas instituciones en la ciudad, se han unido a la promoción y defensa para normalizar el trastorno del TDAH.
Es fundamental que como sociedad, nos esforcemos por comprender y apoyar a aquellos que viven con TDAH. La empatía y la educación son herramientas poderosas que nos permiten acercarnos a estas personas con comprensión y respeto.
Al reconocer las implicaciones del TDAH en la vida diaria de quienes lo padecen y en las vidas de aquellos que los rodean, podemos construir un entorno más inclusivo y solidario.
Después de varios años, terapias y columnas escritas, me he dado cuenta que el TDAH no es una mala noticia, sino una oportunidad para crear un mundo sin obstáculos para el crecimiento, éxito y felicidad de las personas que lo enfrentan.
¡Feliz día del TDAH… Nos leemos en la próxima!