Desaceleración económica para México

México está viviendo un momento económico que, a simple vista, parece una paradoja. Algunos indicadores apuntan hacia una desaceleración; sin embargo, otros muestran una confianza internacional sin precedentes. ¿Cómo se explica que el país esté recibiendo cifras récord de inversión extranjera directa (IED), mientras internamente se debate si ya estamos en recesión?

Durante el primer trimestre de 2025, México recibió 21 mil 373 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED). Lo cual se considera el nivel más alto registrado en su historia. Esto representa un aumento del 5.4% en comparación con el mismo periodo de 2024. El crecimiento es notable si se considera el ambiente global incierto: guerras comerciales, elecciones polarizadas y riesgos financieros.

La manufactura fue la estrella. El sector atrajo el 43.2% de toda la inversión extranjera. En el segundo puesto aparecen los servicios financieros (24%). En lo que respecta a la minería, alcanzó un 6%. Este tipo de capital no solo llega, sino que se queda, genera empleos y posiciona al país como una plataforma clave de exportación, sobre todo en el contexto del T-MEC.

Estados Unidos sigue siendo nuestro principal socio económico. Sus 8 mil 300 millones de dólares aportan el 37.8% de la IED.  A la par, el país dirigido por Donald Trump mantiene su estatus de ser el primer país que más inversión extrajera recibe.

En lo que respecta a la IED en nuestra nación, le siguen España (15%), Países Bajos (8.3%), Reino Unido (5.7%) y Alemania (5%). Junto con la IED de Estados Unidos, estas economías concentraron más del 70% del capital recibido. Lo cual habla de una relación sólida entre México y sus inversionistas tradicionales.

EL GOBIERNO NIEGA RECESIÓN; SIGNOS DE DESACELERACIÓN ECONÓMICA PEGA A SECTOR INDUSTRIAL

Aunque las cifras de inversión son alentadoras, internamente el panorama se complica. El Comité de Fechado de Ciclos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF)  aseguró que aún no hay evidencia suficiente para declarar una recesión formal. Lo que sí se detecta es una desaceleración económica clara. La economía mexicana apenas crecerá 0.3% en 2025, según estimaciones de Monex. Las causas se atribuyen a una menor demanda interna, reducción en el gasto público y un enfriamiento económico en Estados Unidos.

fábrica desaceleración económica
La aplicación de aranceles, por parte de Estados Unidos, ha afectado al sector industrial.

Tres sectores han empezado a mostrar signos de debilidad: exportaciones, consumo e inversión. Incluso el sector servicios, que fue el motor del crecimiento el año pasado, ahora se está debilitando. Si este comportamiento se generaliza, podríamos hablar pronto de una recesión técnica.

El gobierno federal insiste en que hablar de recesión es aventurado. Argumenta que para considerar que el país está en recesión se necesita que 32 sectores económicos estén en contracción. Esto, de momento, no ha ocurrido. El sector agropecuario, por ejemplo, sigue creciendo, y eso impide confirmar una tendencia generalizada a la baja.

Aun así, no se puede ignorar que la actividad industrial ya se contrajo -0.3% en el primer trimestre y que el consumo, uno de los principales motores del crecimiento, muestra claros signos de fatiga. Lo cual pone sobre el análisis el impacto de una desaceleración económica para la nación.


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MENOR CONSUMO ES REFLEJO DEL DEBILITAMIENTO PARA EL PAÍS

La economía mexicana parece caminar con un pie en el acelerador y otro en el freno. La inversión extranjera demuestra que el país sigue siendo atractivo para el capital global, especialmente como centro de manufactura regional. Pero internamente, las señales de debilitamiento son claras: menos consumo, más incertidumbre y bajo crecimiento.

Este contraste refleja una economía dual: una parte funciona para los grandes capitales globales, y otra para millones de mexicanos cuyo bolsillo siente la desaceleración cada día. La buena noticia es que aún no estamos en recesión, pero la mala es que tampoco estamos creciendo con fuerza.

Lo que ocurra en los próximos meses será clave. Si se logra adelantar la revisión del T-MEC, se podría mejorar el clima de inversión. Si el consumo y los servicios se estabilizan, podríamos evitar una recesión. Por ahora, México está en una pausa… pero no debe quedarse demasiado tiempo ahí

Por: Gonzalo Manrique

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