El voto latino en Estados Unidos, alguna vez considerado un bloque sólido para los demócratas, se está diversificando y ya no es tan predecible. Durante años, se dio por hecho que la mayoría de los latinos apoyaba al Partido Demócrata, pero la realidad muestra que esta comunidad es más compleja. La fidelidad inquebrantable ha dado paso a nuevas dinámicas, con un creciente interés en los valores conservadores y las propuestas económicas republicanas. Parte del cambio tiene que ver con el “factor bolsillo”. La estabilidad económica de muchos latinos ha mejorado significativamente en las últimas décadas, y a medida que algunos alcanzan niveles de ingresos más altos y compran sus casas, sus prioridades se ajustan. Aquí es donde el Partido Republicano ha encontrado un terreno fértil: presentarse como la opción para los emprendedores latinos y quienes buscan mantener más de sus ingresos bajo su control, con las propuestas republicanas de reducción de impuestos.
Pero no es solo economía: valores sociales conservadores, como la religión y la familia, también están moviendo a algunos hacia la derecha. La narrativa de “valores tradicionales” ha resonado particularmente en subgrupos más religiosos, muchos de los cuales son católicos o evangélicos
¿Y qué pasa con la inmigración?
Contrario a lo que muchos piensan, no todos los latinos tienen la misma postura. Para algunos que llegaron de manera legal o que llevan generaciones en el país, la retórica dura de Trump no es un problema. Incluso, la seguridad fronteriza y el control migratorio se han vuelto puntos atractivos.
Los demócratas, mientras tanto, se enfrentan a una especie de desencanto. Las promesas incumplidas, especialmente en temas migratorios, han generado frustración. Además, en temas como la economía y la atención médica, la percepción de ineficacia está pasando factura.
Esto ha generado frustración y la sensación de que el apoyo incondicional al partido azul no se ha retribuido como debería. Así que, ¿por qué no probar algo diferente? Con más candidatos republicanos mostrando interés real (o al menos práctico) en el voto latino, la competencia se vuelve interesante.
Harris vs. Trump y la lucha por el voto latino
A pesar de esto, la mayoría sigue inclinándose hacia los demócratas. La última encuesta del Pew Research Center muestra que Kamala Harris lidera entre los latinos con un 57% de apoyo frente al 39% de Donald Trump. Sin embargo, muchos de esos votos son “anti-Trump” en lugar de un respaldo decidido a Harris. Trump, por otro lado, tiene un apoyo más sólido: el 70% de sus votantes latinos lo eligen por él, no solo por rechazo a los demócratas.
¿Y entonces, hacia dónde se inclina la balanza?
Con 36.2 millones de latinos elegibles para votar en 2024, el poder del voto latino es un hecho irrefutable. Pero que sea influyente no significa que esté garantizado para ningún partido. Como estamos viendo, las lealtades están cambiando, y el resultado podría depender de pequeños márgenes en estados clave como Texas y Florida.
Si algo nos enseñan estas elecciones, es que el futuro de Estados Unidos no solo se escribe en español, sino que se reescribe con cada votante latino que decide romper con los estereotipos políticos y definir su propia identidad electoral. El desenlace aún está por verse, pero una cosa es segura: ni demócratas ni republicanos pueden seguir cocinando sin el ingrediente latino en sus campañas.
¡Nos leemos en la próxima!