Impuesto a remesas afectaría a 4.9 millones de hogares
Por: Gonzalo Manrique
Donald Trump exigió que Big Beautiful Bill –el proyecto que incluye impuesto a las remesas– sea aprobado antes del 04 de julio. De aplicarse, la realidad de miles de familias mexicanas podría cambiar con el arranque del 2026. Pues, el plan fiscal entraría en vigor durante el primer minuto del 31 de diciembre de este año. La afectación inicial sería para al menos 4.9 millones de hogares mexicanos.
“Los republicanos en el Congreso tienen un mandato que cumplir y el presidente Trump exige que esta histórica ley esté en su mesa para que la firme para el Día de la Independencia, el 4 de julio”, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
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¿CÓMO SE INVIERTEN LAS REMESAS EN EL PAÍS?
La Cámara de Representantes aprobó el 22 de mayo el proyecto de ley de Trump.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 puntualiza que el 10.4% de la población —de 18 años en adelante— recibe apoyo económico de algún familiar en el extranjero. En este mismo sentido, las estimaciones indican que los dólares forman parte del sustento de 4.9 millones de hogares en la república mexicana. Esta cifra es un aproximado propuesto como parte del análisis 2022 del Foro Remesas América Latina y el Caribe. Por lo cual, a tres años de distancia, el número ha incrementado.
De estas familias, una de cada 2.2 tiene a una mujer como jefa de hogar, reveló el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemlaa). Los cuales en su mayoría se encuentran en localidades rurales o poblaciones pequeñas, agrega la misma institución.
“Casi la mitad de los hogares beneficiarios habitan en localidades con menos de 2,500 personas, y 67.6 % reside en localidades de menos de 15 mil habitantes. Es decir, dos de cada tres hogares receptores se encuentran en contextos rurales o semiurbanos, lo que resalta el papel de las remesas en zonas con menor acceso a oportunidades económicas formales”, explica el reporte.
La Dirección General de Estudios sobre Consumo (DGEC) de la Profeco señaló que en promedio, las familias destinan 2 mil 898 pesos mensuales para la alimentación. En muchos de estos contextos, los integrantes dependen totalmente del ingreso anterior. Desde otra perspectiva, existen mexicanos que reciben el dinero como complemento a su ingreso. Esto, sostiene la DGEC, incrementa la capacidad de adquisición de bienes en un 67%.
En marzo de 2025 las remesas mostraron un repunte tras cuatro meses de caída, alcanzando 5 mil 150 millones de dólares. Esto implica un crecimiento del 2.7% anual de acuerdo con el Banco de México. En estados como Michoacán, Jalisco, Oaxaca y Guanajuato, las remesas son un ancla contra la pobreza estructural. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), este ingreso pueden reducir la pobreza hasta en 11 puntos porcentuales en comunidades receptoras.
¿QUÉ PROPONE EL PROYECTO BIG BEAUTIFUL BILL?
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el 22 de mayo un proyecto impulsado por Donald Trump que impone un impuesto del 3.5% a las remesas. Aunque se trata de una reducción respecto al 5% originalmente propuesto por el congresista republicano Jason Smith, el impacto podría ser igualmente devastador.
Aplicar un impuesto significa una pérdida de 3.50 dólares por cada 100 enviados. A este impuesto se le deben sumar las comisiones cobradas por las empresas de transferencia. En promedio, las compañías compran cinco dólares por transacción.
El gobierno estadounidense podría recaudar alrededor de 2 mil 266 millones de dólares al año únicamente por remesas. Aunque aún no se ha especificado su destino, es probable que parte de esta recaudación se destine al reforzamiento de la frontera sur, una de las prioridades de la administración Trump. Paradójicamente, los migrantes mexicanos aportan más de 300 mil millones de dólares al PIB estadounidense, especialmente en sectores clave como construcción, agricultura y servicios
Calificado por el mandatario estadounidense como “el gran y hermoso proyecto de ley”, la propuesta también solicita un aumento en el gasto para políticas migratorias y control fronterizo. De manera paralela, el paquete incluye recortes fiscales; asimismo, minimiza recursos para sociales como Medicaid y Medicare.
Gravar las remesas no es una solución fiscal ni migratoria. Es un error económico, una injusticia social y una señal preocupante del rumbo político. Porque al final del día, cada remesa no es un delito ni un lujo. Es un acto de esperanza, una línea de vida entre fronteras, que sostiene hogares y, en muchos casos, a todo un país.