¿Por qué es tan importante medir la acción de un presidente a los 100 días de gestión? Porque es un termómetro de lo que podría ser su administración durante los siguientes años. En el caso de Donald Trump hay dos noticias: 1. Sólo Trump podría superar a Trump con una aprobación a la baja. 2. El balance es malo y se va a poner peor. Así que, como es costumbre, vamos a platicarlo.
Gallup es una firma global de análisis y consultoría. Su trabajo incluye encuestas de opinión pública, liderazgo, política, seguridad global, por mencionar algunas. Precisamente, esta empresa lanzó la encuesta de aprobación del primer trimestre de trabajo del mandatario estadounidense. El resultado: Donald Trump es el presidente peor evaluado entre todos los mandatarios electos después de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque, para su suerte, no son los primeros 100 días con menor aprobación desde que se realiza la medición. Pues, el puesto más bajo de la tabla se lo llevan los primeros tres meses de trabajo de… Donald Trump en 2017. Sin embargo, en esta ocasión la historia pinta un poco diferente. El arranque del cuadrienio llegó con una guerra arancelaria importante, quebrantamiento de las relaciones diplomáticas, deportaciones masivas, desmantelamiento gubernamental, entre otros.
“El promedio del primer trimestre de Trump para su segundo mandato incluye su último índice de aprobación del 44% (...) Esto coincide con las tres lecturas anteriores durante su segundo mandato. De estas, su índice de aprobación individual más alto este año fue el primero: 47% en enero”, explica la firma en su reciente encuesta.
El presidente norteamericano ha puntuado entre el 44 y 47% de aprobación durante su segundo mandato. Y, aunque esto no es muy diferente a su gestión arrancada en 2017 (41%), sí está varios puntos por debajo de sus predecesores y antecesores. Gallup estima que el promedio para el resto de los personajes que ocuparon la Casa Blanca es del 59%. Incluso, John Kennedy, en abril de 1961, habría alcanzado el 81%.
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¿CUÁL ES LA PREOCUPACIÓN DE ESTADOS UNIDOS EN LA GESTIÓN DE TRUMP?
A inicios del mes de abril, un estudio de Gallup arrojó que la población estadounidense se encontraba preocupada por el impacto en el bolsillo de las decisiones tomadas por el gobierno federal. En esencia, el 60% afirmó sentirse muy preocupado por el tema económico. Un 59% señaló el creciente costo de la atención médica como uno de los puntos de interés. En tanto, la inflación (56%), el gasto federal y el déficit presupuestario (53%) y el sistema de seguridad social (52%) también se suman al listado.
Y, como dato curioso, esto se extiende a su gabinete. Sólo 4 de cada 10 norteamericanos expresó sentirse confiado de que los líderes republicanos en el Congreso tomarán buenas decisiones. A la par, el trabajo de investigación de Gallup puntualiza que el 48% de la muestra siente preocupación por el tamaño y poder del gobierno federal.
En charla con David Mejía, de Uniradio Informa Baja California, reflexionábamos que aunque el presidente habló de retractarse de algunos aranceles, el efecto dominó ya está presente. Aquí la incógnita es cuánto tiempo va a resistir el norteamericano con esto. Se ha presentado un encarecimiento de productos básicos y no se frenará.
En teoría, lo que el presidente busca es que Estados Unidos tenga un mejor trato. Y aunque sí considero que hay un plan detrás de desestabilizar la economía del mundo, aún no está del todo claro: ¿Para hacer un nuevo régimen? ¿Para establecer a Estados Unidos como la gran potencia? ¿Para traer garantías?
AUNQUE LO NIEGUEN, MÉXICO SÍ ESTÁ SUFRIENDO LOS EFECTOS
Tanto la economía mexicana, como la del mundo, van a caer. De eso no hay la menor duda. Y el creer que el freno a ciertos aranceles en nuestro país no tiene impacto, es querer tapar el sol con un dedo. A diferencia de lo que dicen desde el Gobierno de la República, el Producto Interno Bruto (PIB) no creció durante el inicio de año.
Entonces, ¿por qué los números se fueron hacia arriba? Es sencillo. Ante la especulación de los aranceles, las grandes empresas generaron una sobreproducción y consumo de bienes con la intención de librar el impacto de los nuevos impuestos. Cabe recordar que Donald Trump puso en pausa durante 90 días las medidas de comercio.
Para nadie es un secreto que algunas empresas de la industria automotriz llegaron a enviar vehículos sin terminar, con tal de que el producto no se encareciera y hubiese desabasto. Pero, esto no implica un crecimiento real de la economía mexicana.
Lo que es un hecho es que, al igual que ocurrió en la pandemia, una vez que un producto suba de precio no va a volver a bajar y eso generará el efecto inflacionario. Aunque los aranceles no se hayan aplicado en forma, las consecuencias son una reacción en cadena que arrancó hace tres meses.
Escepticismo, nerviosismo, volatilidad, todas esas cosas que el norteamericano ya quería dejar de sentir hoy están más presentes que nunca. La tendencia es clara y no en términos positivos. De seguir así para finales de año el presidente de Estados Unidos estará mal con sus amigos empresarios, con sus electores y con el mundo.