La educación debería ser un derecho para todos, no sólo para quienes encajan en el molde tradicional. En México, la falta de tratamiento al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) está dejando a miles de niños y niñas atrás. Y ésa es una deuda mayúscula por saldar.
Al menos 1 millón 600 mil menores mexicanos, de entre los 6 y 16 años, padecen este trastorno, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica —realizada por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Inprfm)— y retomados en 2023 por Océano Magazine. El reto detrás de esto es que, afirma la misma institución, tan sólo el 8% ha sido diagnosticado y tratado de manera adecuada.
Si en el día a día el proceso es complejo, al interior de los centros escolares el reto se duplica. El sistema educativo sigue sin estar preparado para la atención. Entre muchas otras situaciones, el número de la población estudiantil es un factor importante. En zonas como BC o CDMX la relación entre la cifra de estudiantes de secundaria, por ejemplo, y el total de grupos establece que cada aula supera los 30 educandos.
Aquel menor al que le cuesta permanecer sentado en su salón y tiene dificultades para seguir instrucciones es calificado de rebelde, cuando en realidad éstos son síntomas del TDAH, puntualiza el centro de investigación de la Clínica Mayo en Estados Unidos; si interrumpe conversaciones, da respuestas apresuradas o parece no escuchar, es llamado mal educado, pero éstas son otras manifestaciones del trastorno; si enfrenta problemas para organizar actividades u olvida realizar alguna tarea, son tachados de flojos. Aunque la respuesta es la misma.

TDAH, MÁS ALLÁ DE LA ATENCIÓN
Dejar de lado tareas cotidianas en el proceso formativo no es cosa menor. Sin embargo si se compara con la posibilidad de altibajos emocionales, la óptica cambia. El perfil también incluye casos de ansiedad y depresión o violencia dentro de las aulas. Y sí, en efecto, en aquellos adultos que fueron niños no tratados el impacto es más grave.
El Centro Nacional para la Información Biotecnológica en Estado Unidos evaluó los resultados de 42 estudios. Es decir, una muestra de poco más de 728 mil participantes. Encontraron que la prevalencia de la obesidad en adultos con TDAH se acerca al 70%. En el caso de los menores, ronda el 40%. La misma institución reconoce que diagnósticos nulos o con tratamientos pobres dan como resultado depresiones recurrentes o de aparición más temprana. Y, para abonar al escenario, el abuso de sustancias se convierte en dependencia de una forma más rápida.
Por supuesto, el bullying no queda fuera debido al estigma o desconocimiento de los propios menores. Habremos de recordar que a inicios de marzo se difundió en redes sociales una golpiza a una niña de secundaria, diagnosticada con TDAH en Tabasco; la recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Sonora por otra menor violentada por sus compañeros de clase, entre un sinfín de ejemplos. Aun así, en las escuelas mexicanas el diagnóstico sigue sin abordarse de manera efectiva.
@profemanrique “El TDAH no es ser pendejo”#ProfeManrique #gonzalomanrique #tdah #neurodivergente
♬ bad guy – Billie Eilish

DE LO MITOS A LA FALTA DE HERRAMIENTAS EN EL TDAH
La Nueva Escuela Mexicana (NEM) no brinda herramientas suficientes a los maestros para hacerlo. Aunque sí hace eco de atender las necesidades especiales. Sin capacitación ni recursos adicionales, la realidad es que la inclusión queda en el discurso y no en la práctica. La carencias docentes dejan a los alumnos en una situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, la Secretaría de Economía en México revela que para el tercer trimestre de 2024, 28 mil 100 personas se desempeñaron como profesores de enseñanza especial… con un salario promedio de 8 mil 360 pesos mensuales, cifra que registró una caída del 12% en relación al segundo trimestre del pasado 2024, 9 mil 500 pesos.
Sin embargo, en este sistema también se debe considerar el desconocimiento de padres, madres, docentes y directivos. Una mala interpretación de la condición o el minimizar sus efectos tiene un duro impacto a largo plazo: “Es solo falta de disciplina”, “se le va a pasar con el tiempo”, “el medicamento es peligroso y crea adicción”, “sólo es un niño flojo que no quiere estudiar”. Estos prejuicios impiden que muchos niños reciban el diagnóstico y apoyo necesario. El tratamiento del TDAH no es solo farmacológico, pues requiere un enfoque integral, que combine estrategias educativas, terapia psicológica y apoyo familiar.
¿QUÉ PUEDE HACER EL SISTEMA EDUCATIVO?
- Capacitación docente: Los maestros deben recibir formación en educación inclusiva y estrategias para apoyar a alumnos con TDAH.
- Grupos reducidos: En aulas superpobladas, la atención personalizada es casi imposible.
- Trabajo con las familias: Escuelas y padres deben colaborar para crear entornos de aprendizaje adaptados.
- Estrategias didácticas diferenciadas: No todos los niños aprenden igual. Se necesitan metodologías que se adapten a la diversidad.
Si seguimos ignorando este problema, lo único que lograremos es perpetuar la exclusión y el fracaso escolar. ¿Seguiremos esperando a que el sistema cambie solo o exigiremos acciones? El TDAH no debería ser una sentencia de fracaso sino una forma de florecer ante la adversidad.

* Esta columna es una colaboración para el portal Uniradio Informa Baja California. El texto original —publicado el 30 de marzo del 2025— puede consultarse dando clic aquí.